Claroscuros de SPDY el protocolo silencioso que transforma el ecosistema de lnternet
Bajo el lema “Dejarnos hacer una Internet más eficiente” Google empezó en 2009 el desarrollo de un nuevo protocolo, que denomino SPDY (se pronuncia “speedy”) cuyo objetivo era superar algunas de las limitaciones que tiene el protocolo HTTP que es el que utilizamos mayoritariamente cuando navegamos por Internet con el fin de reducir a la mitad el tiempo de descarga que se requiere para acceder a una página y todo ello sin tener que modificar las páginas web que hay en la red y de forma transparente para el usuario.
Los evidentes beneficios que incorpora este nuevo protocolo para el usuario se están “oscureciendo” por algunas iniciativas empresariales que han encontrado, a través de sus navegadores y dispositivos, como conseguir añadir valor en su negocio dirigiendo el tráfico a través de proxys "oscuros" a sus centros de datos para poder explotar, de forma poco trasparente, todos nuestros datos de navegación.
El protocolo SPDY genera su eficiencia en base a reducir los tiempos de espera o de latencia que utiliza el http, permite hacer peticiones en paralelo de todos los elementos que hay en una página, comprime y cifra los datos y permite que el servidor pueda anticipar acciones del usuario, todo ello permite duplicar la velocidad de acceso real a las páginas web que visitamos.
La solución desde el punto de vista de implantación pasa por seguir utilizando los protocolos TCP/IP de transporte que utiliza Internet y que SPDY no exija cambios en las páginas web que lo utilizan para ello se ubica a nivel de sesión. Son los navegadores, los servidores y los sistemas operativos quienes van a ir incorporando esta nueva capa junto con la incorporación de PROXYs (equipos de acceso intermedios) que puedan discriminar aquellas peticiones que usan SPDY de las que no lo hacen para obtener el máximo de eficiencia en las primeras.
En 2012, tras demostrar su efectividad, SPDY empieza a ser soportado por navegadores como Chrome, Firefox u Opera junto con algunos grandes servidores web como Facebook, Twitter, Amazon, Google y como resultado de ello la IETF y más concretamente el HTTP Working Group (HTTP-WG) que están dando los primeros pasos para desarrollar el nuevo HTTP2.0 toman SPDY como punto de partida convirtiéndose “de facto” en la base de esta nueva versión que según el calendario de este grupo será sometido a la aprobación como protocolo standard de Internet por Engineering Steering Group (IESG) en Noviembre de este año.
Un imparable avance silencioso que lo cambia todo
En la actualidad todas las nuevas versiones de los principales navegadores de Internet pueden trabajar con SPDY, tan solo faltaba Safari pero ya lo ha anunciado que estará en la versión 8 y fue la segunda funcionalidad remarcada en la presentación realizada por Apple la cual estará disponible a finales de 2014.
En el mundo de los servidores, en mayo de 204, solo el 0.8% de los servidores web soportaban SPDY pero también es de reseñar que ya hay 5 de los 12 servidores con mayor carga de tráfico que lo tienen implementado (Google, Youtube, Facebook, Twitter y WordPress) y ya existen modulos para incorporar SPDY en servidores APACHE (“generosamente donado por Google”, NGNIX y Microsoft-IIS
En el mundo móvil todos los dispositivos Android, en sus últimas versiones ya incorporan la gestión de SPDY.
El lado “oscuro” de SPDY
Las ventajas de SPDY para el usuario son tan evidentes en materia de velocidad que están propiciando el despliegue, por algunos agentes relevantes de Internet como Google o Amazon, de puntos de acceso o “Proxy”a los que dirigen el tráfico desde sus navegadores o sistemas operativos ya que, además de gestionar SPDY en modo nativo algo interesante para el usuario, les permite “controlar y acceder” a todos nuestros datos de navegación para generar valor añadido sobre la explotación de los mismos lo cual genera valor para estas compañías que viven de la explotación de los mismos.
El servicio de proxy cambia las reglas de juego del ecosistema actual ya que es el navegador quien decide por donde circula el tráfico que yo genero en mi navegador o en mi dispositivo y no se me informa del tratamiento que se hace de los datos que genero al navegar por Internet.
Pero no solo es la privacidad del Usuario la que se resiente por el uso de estos “proxys oscuros” ya que hay servicios en el ecosistema actual como son el control parental, los servicios de anti-virus o anti-span que no pueden funcionar cuando estos proxys están funcionando salvo que el que los provea sea el mismo que los explota lo cual limita la competencia y deja todos nuestros datos en manos de muy pocas compañías cuyo principal negocio está en generar valor sobre la explotación de los mismos.
A esto hay que añadir que cambia el flujo de los datos ya que tanto Amazon como Google son agentes dominantes y por tanto pueden dirigir el tráfico de forma distinta a una distribución estadística dependiente del número de usuarios de cada zona con implicaciones importantes para los agentes que despliegan infraestructuras de red tanto en las redes fijas como en la móviles.
Por un Internet abierto y transparente
Internet es un ecosistema propicio para la innovación, la cual forma parte de sus esencia y más cuando esta innovación como es el caso de SPDY redunda en una mejor experiencia de uso para sus Usuarios y esto debe de ser compatible con una Internet abierta y transparente que evite la creación de espacios “oscuros” que tarde o temprano, tal y como se evidencio en el caso Snowden, acaban conociéndose.
Las decisiones en aspectos claves que afectan a la arquitectura de Internet deben de adoptarse con la participación de todos los agentes implicados “multi-stakeholders” y evitando que innovaciones abiertas como es el protocolo SPDY se “oscurezcan” por su “sobre-explotación” a través de proxys y se ignore una vez más la voz de los usuarios a los que nos inundan con las bondades de la innovación a la vez que se nos ocultan determinados usos o abusos que estas nuevas tecnologías permiten.