Internet dos punto cero

Instalada en el establishment, y superado el lastre de la burbuja, la Red comienza una nueva década con el viento a favor

El año 2004 terminó con el tsunami asiático que sobrecogió el corazón del planeta entero, infartado en el Índico. Apenas unas horas después de la gran ola, netizens desde todos los rincones buscaron cómo usar la Red para encontrar desaparecidos, o hacer donaciones inmediatas por SMS. Mientras, en los medios de masas, especialmente en la maquinaria televisiva de Occidente, lo vivimos como un ‘reality show’, en plena temporada navideña.

Si el tsunami fue la primera gran tragedia natural retransmitida al mundo entero en tiempo real, sirvió para demostrarnos, urbi et orbi, el potencial filantrópico de la Sociedad de la Información. Un universo virtual alejado de los 30.000 niños que mueren cada día, un tsunami cada semana, por enfermedades que se pueden prevenir. Un espacio lejano de África, el único continente que se ha empobrecido en los últimos 25 años, donde 400 millones de personas malviven con un dólar al día.

La Red despide al año 2005 muy imbricada en el establishment, tanto como Google, Yahoo, Amazon o eBay, tras un lustro de evangelización a manos de creyentes. Adiós burbuja punto.com. Adiós Internet uno punto cero.

Estrenamos así 2006 en español con nueva portada de wikipedia, y más ganas que nunca de hacer camino al andar. Ejecutivos de banca advierten al gabinete de prensa lo del “don’t let your PR department write your blog,” y los medios de masas ya han concluido su catarsis. Lejos de lamerse las heridas, por la cuenta de resultados que les trae, y conscientes que por debajo de los 35 años de edad, los lectores y espectadores ya están “sólo” en la Red, los editores corren sin pestañear al negocio del triple play (oferta conjunta de telefonía, internet y televisión).

Con ello, esperamos superar una larga década en la que los medios de masas, como comprobamos con el Estudio sobre la Cobertura Mediática de Internet en España, la imagen de Internet en la prensa, la radio y la televisión no se basa en sus aspectos alarmistas, más o menos ‘amarillos’, a menudo obviando, o dejando en un segundo plano, todos sus múltiples usos positivos (trámites administrativos, webs corporativas, políticas, institucionales, nuevas funcionalidades, innovadores servicios, gestión electrónica de documentos, servicios de atención médica, oportunidades de educación remota, participación ciudadana, etc...).

Atrás queda, a modo de ejemplo, una columna de opinión publicada en 2004 en el periódico gratuito 20 minutos, hoy en día el diario más leído en España, titulada “El caníbal de Internet”, en referencia a un ciudadano alemán que “se ha comido a un compatriota... Internet está lleno de estos tipos, solitarios y frustrados, capaces de hacer cualquier cosa con tal de escapar del anonimato en que viven. A estas alturas, la Red se ha convertido en un pozo sin fondo, donde aparecen los elementos más raros en busca de las cosas más dispares”.

Sin duda alguna, a todos nos favorece comunicar objetivamente lo bueno y malo que acontece de camino hacia la Sociedad de la Información, sin cegarnos por un velo de paparazzismo reduccionista que tan buenos resultados comerciales arroja entre, por ejemplo, los medios especializados en el corazón, pues como explica Hiroyuki ITAMI, en Mobilizing Invisible Assets, "los analistas han tendido a definir los activos muy restrictivamente, identificando sólo aquellos que se pueden medir, tales como instalaciones y equipos. Sin embargo, los activos intangibles, como una tecnología particular, información sobre los consumidores, marca, reputación y cultura corporativa, son invalorables para el potencial competitivo de la empresa. De hecho, estos activos invisibles son a menudo la única fuente real de ventaja competitiva que se puede mantener en el tiempo."

Los paradigmas en juego hoy en día son fundamentales. El fenómeno digital obliga a reciclar conceptos como audiencias por usuarios únicos. A producir, por defecto, en multimedia. A no basarse en la intermediación en plena des-intermediación. A superar la distribución para ofrecer el acceso. A analizar la obsolescencia del modelo comunicativo del Púlpito (de uno-a-muchos) para aprovechar el modelo de la Enredadera (de muchos entre muchos y de uno a uno). A funcionar en modo 24/7, con total interactividad y en tiempo real. A evolucionar desde lo lineal a lo hiper-textual, y desde la Información al Conocimiento.

En plena economía de la Atención, donde el valor de lo abundante tiende a cero, y los grandes y pequeños medios de comunicación comprueban, juntos y por separado, el imparable poder del hipervínculo, será definitivamente el propio lector, espectador u oyente, quien se posicione a favor o en contra de un medio, marca, cabecera o línea editorial. De un medio, o simplemente, de un buscador, porque la convergencia ya es una realidad, y a la guerra de los buscadores le suceden otras, como la del e-mail, ó el comparador de precios, en el contexto del mercado local. Un tercio de los internautas utiliza hoy los buscadores para encontrar información sobre los servicios locales de su ciudad, pero si bien el buscador dominante (con el 90% de todas las búsquedas de Internet) sigue en estado de gracia empresarial, su éxito no radica en la tecnología.

En una guerra crucial y multi-millonaria, que no ha hecho más que empezar, ante Google se posicionan Yahoo, MSN, A9, Askjeeves o Seekport.com, y recientemente, Noxtrum.com, el nuevo buscador hispano, para incidir en que, en la Red, el presente y el futuro son lo local y lo inmediato.

La nueva década promete, a expensas de los modelos de negocio basados en premisas obsoletas sobre el control de la propiedad intelectual. En la España de 2005, tan distinta a la de (aquellos no maravillosos) años de la serie de TVE ‘Cuéntame cómo pasó’, los dominios puntoes han crecido de apenas 80 mil a más de 300 mil, y varios colectivos de ciudadanos, profesionales, asociaciones y sindicatos se han posicionado contra el canon digital, mientras voces reaccionarias braman porque España, al revés, no se lea como “ñapaes”.

Tan instalados en el statu quo están los bits que, en esta Sociedad de la Información de 2005, los propios agentes sociales se han “confabulado en red” para celebrar, por primera vez, el Día de Internet. Pese a los avances, España no se consolida en el puesto que su peso económico sugiere, y precisamente por ello uno celebra que un buen número de asociaciones, empresas y particulares se tomen el desarrollo de Internet como un tema de Estado, y se remanguen juntos para co-opetir en la economía de la atención y reducir, de paso, la brecha digital en España y Latinoamérica. Gracias también a la TDT, pese a sus difíciles comienzos, que sacará Internet de los dominios del PC, donde comienza la brecha digital para más de un usuario, hacia el mando a distancia de la televisión.

En el horizonte, atisbamos iniciativas como la ciudad de San Francisco, para ofrecer un servicio inalámbrico a la Red de forma gratuita, sobre los posos de café de la II Cumbre de la Sociedad de la Información, celebrada a la par en Túnez y en las oficinas, también californianas, del ICAN. Pero al dar la bienvenida a este nuevo 2006, no son pocos ciudadanos quienes, desde aquel tsunami, sabemos que Internet es una suerte de Tierra Prometida. La gran oportunidad que esperábamos para evocar motivos, valores y principios.

Porque ya somos más de 1000 millones de internautas, y esta última década sólo nos sirve para tomar impulso hacia la 2.0

San Judas Tadeo